A comienzos del siglo XIX se presenta en España una serie de dificultades de comunicaciones por el relieve y las trabas legales, por lo que el territorio quedó dividido en pequeños mercados aislados. Con la llegada de los liberales progresistas se intenta resolver los problemas, solucionando las trabas legales que impedían la libre circulación por el territorio nacional. El paso siguiente sería la mejora de las comunicaciones, el ferrocarril, los puertos y las carreteras. La primera línea ferroviaria aparecerá en el 1848 con el tramo de Barcelona y Mataró, aunque es una línea mínima, que verá aumentada su extensión con los gobiernos progresistas.
Las comunicaciones eran lentas, inseguras y prácticamente inexistentes, aislando unas zonas de otras. Con la llegada de los liberales al poder, analizan los problemas y proponen soluciones. Eliminarán leyes y elaboran una obra legislativa orientada a un objetivo: la libertad de circulación. Por eso, eliminarán aranceles y las tasas en los pesos de los productos.
Al principio, los liberales buscan la mejora de las carreteras y de los puertos, y se centrarán en el desarrollo del ferrocarril, que llegará tarde a España. En 1830 se crea la primera línea en Inglaterra, y no será ate 1848, como dijimos anterior mente, que aparecerán las primeras líneas españolas, como la de Barcelona- Mataró y Madrid-Aranjuez. En el 1855, los progresistas vuelven a tomar el poder, y ponen en marcha de nuevo el desarrollo del ferrocarril, que muestra un claro impulso. Se elabora así en el 1855 la Ley General del Ferrocarril, que contempla y planifica la construcción del ferrocarril en España: el trazado de forma radial (comunicar el interior con la periferia) y ensanchamiento de la vía. La obra de la vía férrea es realizada por el estado y por empresas privadas, que reciben una concesión de 99 años, por lo que cuando finalice esa concesión, si no es renovada, pasará a las manos del Estado. Para fomentar el desarrollo de este avance, el Estado subvenciona y de la ayudas a las empresas que se ocupan de la construcción.
Las formas de financiación de la construcción del ferrocarril eran las ayudas del Estado, la venta de las acciones de capital, préstamelos y los ingresos de las desamortizaciones. El 60% del capital invertido es francés, y gracias a esto se produce un avance muy importante que permite el aumento de kilómetros de la vía férrea. En su construcción diferenciamos varias etapas.
- 1855-1865: se produce el boom por la entrada de las empresas, pero, como el comercio interior español no utiliza el ferrocarril, cierran.
- 1868-1876: se produce una paralización de la construcción por la ruina de las empresas.
- 1877-1896: se relanza la construcción en la época de la Restauración, en la que se aprueba otra ley ferroviaria.
- Siglo XX: decrece la construcción.
El ferrocarril facilitó las comunicaciones y el transporte de mercancías y personas, creando un mercado integral y único por la aceleración los tiempos. No obstante, al permitir la importación de materiales extranjeros para su construcción, no se benefició la siderurgia española.
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