El siglo XVII es el siglo de decadencia de la monarquía hispánica en los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II. La endogamia de los austrias derivó en grandes problemas de salud para lo último, Carlos II, que recibirá el apodo del " Hechizado". En toda Europa, los reyes irán poco a poco abandonando las tareas de gobierno, que las dejarán en manos de los validos o favoritos, que eran secretarios reales a los que los soberanos otorgaban no solo su confianza, sino la dirección del gobierno del reino. Se puede decir que los reyes quieren reinar pero no gobernar. Desde este momento, la monarquía hispánica pierde la hegemonía en Europa y todo lo poder.
Se produce un estancamiento o regresión de la población española, rondando los 8 millones de habitantes. El hambre ven dada por las malas cosechas y el mal rendimiento del campo produciendo desnutrición entre la población. Las guerras son continuas, muere gente y el campo queda abandonado, por lo que disminuye la natalidad y aumenta la mortalidad. Las epidemias, como la peste, seguían propagándose rápidamente por la desnutrición, precarias condiciones higiénicas y por la ausencia de vacuna. Todo esto aumentó la mortalidad natural y catastrófica.
Las actividades económicas típicas, como la agricultura, artesanía y el comercio, entrarán en crisis, al igual que la monarquía. La agricultura sufre del abandono de las tierras de cultivo, especialmente del campos de cereal de Castilla, y de las malas cogidas. Además de eso, en 1609 los monarcas decretan la expulsión de los moriscos, y también tendrá repercusiones económicas ya que llevaban a cabo una rica agricultura en la zona levantina. La artesanía también entra en crisis y muchos talleres se verán obligados a cerrar por el creciente aumentos de los precios y por la pérdida de competitividad. Como consecuencia, están obligados a importar productos extranjeros. En cuanto el comercio exterior, las manufacturas europeas abastecieron el imperio colonial español, mientras que solo el 5% fue abastecido por España, y hacían los pagos con el oro y la plata americanos.
Aparecen una serie de problemas en la hacienda real española. Aumentan los gastos pero los ingresos disminuyen. Para paliar la situación se toman 3 medidas fundamentales: aumento de los impuestos, desvalorizar el precio de la moneda añadiendo cobre a la fabricación de la moneda para aumentar la inflacción y pidieron préstamelos, las cales no pudieron devolver, por lo que la hacienda real entra en bancarrota. Por todo esto, España pierde la hegemonía y el poder.
La sociedad española de la época se caracterizaba por el inmovilismo social. La clase burguesa era débil y se arruinó por la crisis. Aumenta el número de pobres y vagabundos. Es el siglo de la decadencia española, pero en el arte se conoce como el siglo de Oro. A partir del 1680 la situación mejorará.
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