El régimen feudal fue el sistema socioeconómico y político vigente en la Edad Media, basado en las relaciones de vasallaje, que vinculaba a los señores con los vasallos. El rey era el considerado, por gracia de Dios, el señor supremo de un territorio, a quién todos le debían fidelidad y obediencia, pero a cambio, el rey tenía que otorgarle a sus vasallos un feudo, es decir, tierras y derechos jurisdiccionales.
Este tipo de relación con sus vasallos fue copiado también por los grandes nobles, formándose así la pirámide feudal. Los nobles poseían su disposición un ejército particular de sus propios vasallos, y el ejército del rey estaba formado por la unión de todos los ejércitos de sus vasallos, es decir, la protección del reino dependía de los ejércitos de los vasallos, por lo que podemos ver el poco poder que tendrían los reyes. Además de ser el dueño del reino, ejercía la soberanía, pero compartía el ejército con los señores, a quién también les otorgaba la potestad de hacer justicia en sus tierras y señoríos, siempre respetando los privilegios forales de los reinos y de las ciudades.
La sociedad cristiana medieval fue una sociedad estamental, es decir, los individuos estaban ordenados en grupos, estados o estamentos, de acuerdo con su función: luchar, orar y trabajar. Por esto es por lo que podemos decir que había una gran dependencia personal, porque los nobles lucharían para proteger al clero y a los trabajadores, el clero oraría por los nobles y por los trabajadores, y los trabajadores mantendrían a los nobles y al clero.
Podemos ver que los miembros eran desiguales, haciendo la división entre privilegiados y no privilegiados. El grupo privilegiado era lo de los nobles y del clero, poseían ventajas jurídicas, poseían títulos, no pagaban tributos, tenían leyes y tribunales y ejercían el poder de la justicia sobre los demás. Entre los miembros privilegiados podemos establecer diferencias honoríficas y económicas, tanto en la nobleza (alta nobleza y baja nobleza), como en el clero (abades y monjes).
El grupo de los no privilegiados estaba formado por el resto de la población: campesinos, burgueses, artesanos, etc... Este grupo fue aumentando exponencialmente gracias, en gran medida, al renacimiento urbano y la repoblación, lo que hizo que apareciera la burguesía. Los campesinos libres buscaron la protección de los nobles o de la iglesia, por eso, los nobles ofrecieron su protección a cambio de que estos campesinos libres se dedicaran sus tierras. Estos vínculos de relaciones reciben el nombre de encomienda. Los pequeños propietarios rurales encomendaban su propia persona, su familia y sus bienes al señor pagando una pequeña tasa. Entre los grupos marginales de esta sociedad podemos encontrar los judíos, que se dedicaban a las actividades artesanales y mercantiles, y los mudéjares. Vivían en juderías y morarías.
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